20100102

PRONOMBRE TEMPORAL

V.
Estoy sentado en la cama viendo la ropa que dejaste colgada en la silla del escritorio. Éste lugar ya te pertenece y te pertenecerá siempre. La vida que nos espera juntos es muy distinta a lo que había sido la de cada uno de los dos por separado. Ten paciencia, tomará un poco de tiempo que nos integremos del todo, pero cuando lo hagamos, el pronombre Nosotros será el único que importe. Tu existencia anterior será olvidada, y te será tan ajena que no concebirás la posibilidad de haber sido así alguna vez. En este lugar, a pesar de que todo pareciera ir igual, hay un gran cambio. La casa se ha llenado de ti. Los muebles lucen distintos, las habitaciones son más cálidas, el clima es estimulante, y los pequeños momentos se convierten en fragmentos de felicidad compartida. Sé que allá afuera no nos comprenden, pero allá nadie ama a su prójimo como yo te amo a ti. No hay parejas que vivan en la comunión que nosotros tendremos. No existe el amor como nosotros lo concebimos, y nadie, absolutamente nadie es capaz de dar su vida por el otro. Tomo en mis manos tu pantalón que está sobre la silla. Lo huelo. El dulce olor de tu cuerpo sigue allí presente. Doblo la prenda y me acerco a los cajones. Me detengo. Decido regresarlo al lugar de donde lo tomé, pues seguro tuviste una razón para dejar las cosas así. Me recuesto en la cama y te imagino frente a mí. Ya empiezo a sentir tu presencia en mi cuerpo, es raro que ya te sienta en mí aunque aún no estés aquí. Me levanto. Voy a la cocina. Hay algunos asuntos pendientes.

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