20101224

ESCOMBRANDO

Muebles viejos, arrumbados en la habitación, muriendo en su propia inutilidad.
Polvo acumulado durante décadas.
Cadáveres sentados en el viejo sofá, que parece que me miran.
Amistades en el fondo del cajón, sin baterías.
Polillas que comen vísceras, y me dejan más vacío cada vez.
Fotografías viejas, impresiones perdidas para siempre.
Juguetes con los que quisiera jugar, que ya no tienen miembros.
Libros jamás abiertos, maltratados, ilegibles.
Arañas que me recuerdan la vida.
Cuadros de lo que quise ser y no soy.
Expectativas inconclusas.
A quien quise.
A quien no quise.
Libretas de la escuela, apuntes de una patética adolescencia.
Un pasado infructuoso que me aferro a conservar.
Un presente gris que pasa desapercibido como yo mismo.
Aparatos eléctricos caducos.
Ciclos que no se cierran solos.
Basura no desechada a tiempo en la que sigo creyendo.
Ropa que ya no me queda, que quisiera seguir usando.
Discos rayados con música de la que olvidé la letra.
Cartas de amor, sensibilidad muerta.
Un hubiera.
Un debería.
Mi Mediocridad (con M mayúscula, claro).
Diplomas del triunfo ficticio.
Espejos rotos que no reflejan nada.
Colchones donde ya no puedo descansar.
Máscaras deformadas de mí mismo.
Trozos de pared que pesan cada vez más.
Todo lo que sirve y ya no quiero.
Todo lo que quiero y ya no sirve.
Todo.

La habitación es grande. La puerta es pequeña. Tomará bastante tiempo.

1 comentario:

Vostunita dijo...

Los muebles, hechos para moverse, se quedan fijos por demasiado tiempo y luego, hace falta ese espíritu tuyo para transformarlos, liberarlos.